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Radiografías. Porque las necesitamos?

La historia de la quiropráctica y de las radiografías lleva más de un siglo de comunión, fueron incluidas dentro de la práctica quiropráctica apenas en sus comienzos, ambas nacieron el mismo año (1895). El físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen descubrió los rayos X en 1895, mientras experimentaba. Los llamó «rayos incógnita», o «rayos X» porque no sabía con certeza que eran, solo que eran generados por los rayos catódicos al chocar contra ciertos materiales. Pese a los descubrimientos posteriores sobre la naturaleza del fenómeno, se decidió que conservaran ese nombre. La quirorpactica fue descubierta por Daniel David Palmer un 18 de septiembre de 1895 en Davenport, Iowa

Las placas radiográficas fueron incluidas en la quiropráctica en el año 1910 por B.J. Palmer, siendo el primer equipo de rayos X importando a los Estados Unidos e instalado en el  Palmer College of Chiropractic.

Cuando un quiropráctico solicita una radiografía lo hace con el legado de 100 años de estudios e investigaciones que esta profesión hizo en el análisis de los films radiográficos. Lo hace con una finalidad y con un objetivo específico, que muchas veces difieren enormemente con la finalidad que persigue un profesional de la medicina, por ejemplo.

“Las radiografías son estudios complementarios a la clínica”, estos estudios no sirven para diagnosticar en si mismo, sino para complementar un diagnóstico clínico y establecer un diagnostico específico. Todo buen profesional que tenga en sus manos la confianza de un paciente y que intente ayudarlo desde la salud o desde la enfermedad tiene el objetivo central de entender cuál es el problema,  identificarlo y como lo podrá ayudar.

En la actualidad, sucede que muchas veces se diagnostica en base a estudios complementarios, ya sean, resonancias, tomografías, radiografías u otros estudios, olvidando el aspecto central que todo profesional debe priorizar, la valoración clínica.

Basar el diagnostico en un estudio sin haber evaluado clínicamente un paciente es como describir la personalidad de una persona que no conocemos a través de una foto que nos la entrega alguien que a su vez tampoco conoce a esa persona, el riesgo a equivocarnos es inmenso!

Entendiendo esto paso a explicar porque un quiropráctico solicita una radiografía. El paciente que visitar por primera vez un quiropráctico lo puede hacer por 2 razones, o porque tiene un problema que atenta contra su estado de bienestar y por lo tanto busca una solución, (en este grupo debemos incluir, lamentablemente, a más del 90% de los pacientes y más lamentable aun, son los que visitan al quiropráctico como último recurso) o porque deciden revisar su columna en busca de interferencias que atente contra su salud, decididamente en este grupo es mínimo y siempre una grata sorpresa para todo quiropráctico tener primeras visitas de este tipo.

En esencia todo quiropráctico, debe seguir una única premisa, analizar, detectar y corregir subluxaciones vertebrales. Indistintamente de la técnica que utilice el objetivo debe ser el mismo, liberar el sistema nervioso de interferencias.

Podemos resumir de manera didáctica lo siguiente: (en mi caso utilizo el Sistema Gonstead y las descripciones son acordes a dicho sistema).

El objetivo del quiropráctico es encontrar la interferencia (subluxación) y eliminarla, para ello cuenta con herramientas (visualización, palpación estática, palpación dinámica, termografía y radiografías) que le permiten encontrarla y luego necesita de su arte para poder corregirla a través del ajuste quiropráctico. Una vértebra subluxada podríamos decir que debe presentar 3 aspectos: deber estar hipomóvil (con una movilidad reducida en relación a las vértebras vecinas), debe presentar un desalineamiento y debe existir una interferencia (estar presionando un nervio).

Para poder determinar la hipomovilidad, es decir que una vértebra se mueve menos que otra debemos, palparla y observarla, sentir su movimiento y visualizar su recorrido, por lo tanto la herramienta que utilizaremos para este fin es la palpación y la visualización.

Para afirmar la interferencia y que una vértebra está presionando un nervio  debemos buscar indicios de que ello suceda. Todo nervio presionado generara cambios locales como aumento de tensión muscular, inflamación, edema. Para ello utilizamos la visualización, palpación y a mi entender el instrumento más específico en quiropraxia, la termografía o nervoscope.

Ahora bien para establecer el desalineamiento y determinar que determinada vertebra se desalineo en relación a otra (a la inferior) se debe utilizar lo siguiente: visualización, palpación  y… la radiografía!.

Las radiografías nos permiten establecer visualmente y corroborar cual es la vértebra desalineada, para donde se movió y como debo poder ajustarla. Con las placas podemos determinar el listado o listing, es decir, la dirección hacia donde se desalineo la vértebra. Pero debe quedar muy en claro que la vértebra subluxada está en el paciente y no en la placa y que toda vertebra desalineada no necesariamente esta subluxada,  con lo cual nunca se debe mirar antes una radiografía ya podemos correr el riesgo de “inventar” un problema que vemos en la placa radiográfica. Por tal motivo es necesario primero valorar con todas las demás herramientas al paciente y en último lugar  uno debe sustentar sus hallazgos con la evidencia visual que ofrece la radiografía.

Además el estudio radiográfico nos sirve también para poder analizar otros aspectos clínicos que si bien exceden a la práctica de un quiropráctico debe ser reconocidos para poder enriquecer la historia clínica del paciente, para encontrar zonas con mal formaciones que hagan modificar nuestro punto de contacto y en el caso de encontrar hallazgos que indiquen la derivación hacia otro profesional o una interconsulta poder realizarlo de una manera objetiva, profesional y especifica.